viernes, 22 de marzo de 2013

candelabro

Parte de la balaustrada de una escalera se convirtió en un largo candelabro con base de espejos. Ideal para una noche de verano en el jardín...
Orquideas psicodélicas en la mesa de la galería.

taller

Un desorden organizado

Un antiguo sofá totalmente restaurado, cobra vida informal con el agregado de una manta santiagueña totalmente teñida y bordada artesanalmente, distintos almohadones, descontracturar los ambientes y que todos los estilos convivan en perfecto eclecticismo, un rincón de mi sala de estar.

Gaby terminando uno de los tres percheros, quedaron divinos!!!! los pueden ver en su fb de María Va.
viejos tableros de ventanas, cosas que se encuentran en cualquier demolición, apoyados sobre simples caballetes, son el soporte ideal para aromáticas, acá contentas al sol en mi patio
Fernanda en su primer día de taller, las sillas de su abuela necesitan reparación urgente, más adelante las veremos terminadas...

fachada

la entrada al taller

Uno de una serie de pájaros que pinté sobre una mesa decapada en coral y turquesa. Mónica, mi clienta tenía una manta indú. Así que reproduje en la superficie de la mesa colores y motivos de la misma. Ahora está en la galería de su nueva casa.
Tip de restauración-

A veces tenemos que remover cola antigua para poder volver a pegar la pata de una silla etc.
Es importante quitar la vieja cola ya que de otra forma el nuevo pegamento no tiene la suficiente adherencia.
Tener siempre en el taller y dentro de una botella de vidrio una mezcla compuesta por:
-Agua.
-Un chorrito de detergente.
-Un chorrito de alcohol.
Antes de usar agitar siempre. Luego embeber un algodón y colocar sobre la cola vieja.
Esta mezcla hará que el antiguo pegamento se ablande. Lo único que haremos será sacarlo con una pequeña espátula.
Esta es una antigua receta que me enseñó Silvio, la persona que me introdujo en el mundo del restauro y con quién aprendí durante los siete años que fui a su taller la mayor parte de mis conocimientos. Gracias Silvio por tu generosidad.

martes, 19 de marzo de 2013



Me inspiré en un cuadro de Rufino Tamayo, aquél gran pintor mexicano, aquí el hombre comiendo sandía se regodea en el asiento de cuero de una simple silla. Me gusta mezclar distintos estilos, en mi comedor todas las sillas son diferentes, todas son distintas como las personas que se sientan en ellas.


De como una piedra de rio se convirtió en un objeto divertido, puede ser usado como pisapapeles, para evitar que las puertas se cierren o como un adorno diferente, ojo!!!!! el pájaro no es de verdad. Incorporemos la naturaleza en nuestra vida.

lunes, 18 de marzo de 2013



Mi amiga Andrea tenía una vieja mesa plegable en su galería. Una mesa testigo de tantas y buenas comidas preparadas con amor por Eduardo, pero...le faltaba algo.
Entonces se la decapé en un verde aturquesado y le dibujé a mano (no es stencil), algunas flores gloriosas y tropicales. El resultado: una mesa renovada que no necesita mantel y  a seguir disfrutando las comidas de verano


Un fin de semana afuera, en este caso San Antonio de Areco, nos inspiran los sentidos, el estuco de las paredes gastadas nos recuerda la herencia italiana, un viejo mueble dejado en su estado original, una sencilla bicicleta nos tienta con paseos primaverales. Viejas aberturas pintadas en un verde aqua. Eduquemos el ojo y despertemos a los colores!!!!

A veces en el mercado de iluminación no encontramos lo que queremos o si lo encontramos puede ser excesivamente costoso. Acá una idea económica. Una maceta de plástico de gran tamaño se pintó con aerosol negro al que se le agregó detalles en papel de oro, luego simplemente protegerla bien con barniz para exteriores y colocar portalámpara. Un toque de arte para nuestros ambientes. 


Detalle de respaldo de cama, sobre un fibrofacil cortado a medida, se lo recubrió con papel de oro, luego agregué cuadrados revestidos en un cuero antiguo que me había quedado de una restauración y que encontró nueva vida en este objeto de deseo.La luz que se filtra por la ventana ilumina el oro haciendo del respaldo algo especial.

Un toque de verde Tyffany, muebles blancos, cuadros, recuerdos de viajes, un poco de todo, no pensar en combinaciones predeterminadas o lo que está de moda. En mi cuarto el criterio es la libertad, dejarse llevar por las emociones que producen los objetos que amamos y que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. La mejor decoración es la que no es, aquella que nos representa y que es única como cada uno de nosotros. 


Animarse es la consigna, personalizar los ambientes, los muebles y los objetos. Acá detalle del piso de mi dormitorio que pinté de negro, luego le agregué stencil de medallones en oro viejo y por último varias manos de laca para hidrolaqueados de piso. Fueron muchos días de trabajo, ya no recuerdo cuantos, pero el esfuerzo valió la pena.


Diego restaurando una silla Thonet auténtica, Diego siempre consigue cosas super buenas, el único varón entre tanta mujer, bendito tu eres...

fundas de almohadones con xilografías hechas por mi hijo Patricio, fotógrafo y diseñador de muebles y objetos, además de pintar cuadros....los incluyo porque son divinos y están a la venta.

Gaby restaurando una silla Reina Ana que luego será patinada y retapizada, la lija siempre presente. Lo que menos gusta!!!!! pero muy necesaria, inevitable
y también participan del taller los pugs, acá Allegra.

Ceci y Marina a pleno con el trabajo de restauro, Ceci pintando una balanza antigua que perteneció a su abuelo y Marina decapando un mueble que será usado en su nuevo baño.

De todos los objetos los que más amo son los usados. Las vasijas de cobre con abolladuras y bordes aplastados, los cuchillos y tenedores cuyos mangos de madera han sido agarrad0s por muchas manos. Esas son las formas que me parecen más nobles. Esas baldosas en torno a las casas viejas, desgastadas de haber sido pisadas tantas veces, esas baldosas entre las que crece la hierba, me parecen objetos felices.
Impregnados del uso de muchos, a menudo transformados, han ido perfeccionando sus formas y se han hecho preciosos porque han sido apreciados muchas veces.
Me gustan incluso los fragmentos de esculturas con sus brazos cortados. Vivieron también para mí. Cayeron porque fueron trasladadas. Las construcciones casi en ruinas parecen todavía proyectos sin acabar, grandiosos, sus bellas medidas pueden ya imaginarse, pero aún necesitan de nuestra comprensión. Y, además ya sirvieron, ya fueron superadas incluso. Todas estas cosas me hacen feliz.
Bertolt Brealcht (1932)